Después de todo lo aprendido tocaba lucirse. Quería hacer algo especial, que la profe estuviera orgullosa. Llevaba días dándole vueltas a lo que quería hacer y con una esfera de poliespan y tres hornadas de macarons me puse a ello.
Aproveché para probar a usar albúmina en polvo, lo cierto es que me quedaron macarons más lisitos, pero me quedo con las claras naturales...Tres colores: celeste, morado y rosa. Y tres rellenos basados en la crema de mascarpone (una de mis favoritas). Los celestes iban rellenos con la crema tal cual, teñida a juego con los macarons. Los morados con la crema aderezada con mi mermelada de zarzamora casera y los rosas con la crema y mermelada de grosella casera (que le aporta una acidez fantástica).
Allá que fui esfera cubierta con papel de seda y palillos en mano. Y me sucedió como dice el refrán, que quien mucho abarca poco aprieta y el proyecto me fue grande. Mis macarons sucumbían a la fuerza de la gravedad...
Así que decidí cambiar de estrategia aunque algunos de mis macarons ya estaban malheridos. Pensé en hacer una cajita forrada de macarons. Pero mis macarons ya no respondían...
A la desesperada seleccioné los menos maltrechos y los coloqué a modo de guiño a la profe, Macarons a Gogó!!!
No es una presentación espectacular pero estaban deliciosos!
Puedo prometer y prometo que algún día mis macarons se mantendrán en una esfera de poliespan, y que se lo dedicaré a la gran sensei macaronil! Mil millones de gracias por tu sabiduría Belén!
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